Con Sophia Navarro Cases
Dos pieles juntas
y un vapor entrecruzado
gritan mientras el colchón
se desnuda,
se quita suavemente las sábanas.
Ahora las persianas de sus ojos
se cierran,
las manos se entrelazan
en la almohada.
Llega un cabalgamiento salvaje,
una simbiosis de vida entregada
que sólo se desvela
cuando los instantes giran
entre las plumas de su cama,
como agujas de un reloj
que no cesa.
Se quieren, se besan,
se confiesan lo mejor
a cada impulso
que trastorna los esquemas,
que les devuelve un grito
de ternura y pasión desbordada.
En la unión de su amor
descubren un segundo infinito.
Creo que en este poema prima la forma sobre el fondo, es decir hay una excesiva obsesión por crear imágenes poéticas quedando el auténtico sentimiento relegado a un segundo plano.Como dice sta corleone y cito textualmente: mucho ruido y pocas nueces.
ResponderEliminarHola Jonatan.
ResponderEliminarGracias por la crítica. Siempre es agradable una crítica constructiva. Ignoro absolutamente a qué tipo de lectura estás acostumbrad@, pero puedo asegurarte que, o al menos eso intento, tengo la obsesión por crear textos "sinceros", que surjan directamente de dentro. A veces, que un texto sea más o menos explícito puede dar lugar a equívocos. También hay que decir que este texto está hecho "a dos manos" escritoras, lo cual puede hacer que la intención del poema se desvirtúe más de lo debido.
Gracias por leerme.
He de decir, que yo también veo una imagen...pero una imagen que me resulta familiar, que he visto antes de leerte. Esa imagen de sabanas deshechas y labios entrelazados. Quizá, para poder estremecerse entre estas lineas, haya que haber sentido esos labios y esas sabanas, que tu haces recodar.
ResponderEliminarGracia por dejar que los que hemos vivido esas pasiones , esos infinitos nos podamos acurrucar aunque tan solo sea unos instantes en esa almohada.
fdo. Una gran fan.