Te venderé
de nuevo esta noche.
para que
vayas construyendo mi camino;
te venderé
por cuatro duros
y te
volveré a comprar para que no te marches.
Te ataré
bien fuerte con mis brazos.
Te ataré
con los nudos de tu pelo
y haré que
permanezcas sentada,
mirándome
de nuevo otra tarde,
en una de
esas donde no existen las paredes.
Te ataré
bien fuerte para que no te marches.
Respiraré
profundo
y terminaré
por inhalarte,
absorberte
poco a poco,
toda tú, descompuesta
en tu perfume.
Te
saborearé y te retendré
en lo más
dulce de mis pulmones.
Te
respiraré hondo para que no te marches.
Quiero robar cada pedacito de tu corazón, cada rayo de tu mirada, cada sueño de tu imaginación… para tenerte siempre a mi lado.
ResponderEliminarTe amaré con toda la intensidad posible, mientras mi piel busca tu roce y una sonrisa pícara se dibuja en mi rostro, para que tú tampoco te marches.
No son necesarias las ataduras pues este amor es tan puro que perdurará hasta el fin de los tiempos, hasta que la luna amanezca y el sol brille en la noche.
Es imposible irse de tu lado pues tu aire es lo único que respiro, tus labios lo único que saboreo y tu corazón lo único que siento, pues el mío te lo regalé de madrugada en un cofre de suspiros.
¡Cómo abandonar esta magia que nos rodea! sería lo más erróneo cuando has encontrado a tu amor verdadero.
Yo permaneceré unida a ti eternamente, mientras me deleito con tus musicales sentimientos en forma de poemas...